¿Cuál es el precio de una persona? Esta pregunta es prácticamente un insulto a la dignidad humana, pero existe un segmento criminal a los que poco les importa esto. Se trata de los traficantes de órganos.
Y el protagonista de esta increíble historia es el sacerdote Ignacio María Doñoro de los Ríos, fundador del Hogar Nazaret para niños excluidos en Perú. El religioso le contó al diario El País de España los detalles de un hecho que tuvo lugar hace 25 años en las montañas de Panchimalco, El Salvador.
Según relata, durante una misión especial como capellán militar para la Policía Nacional del país centroamericano, “el padre Doñoro” quedó consternado al enterarse del caso de una familia de esa región. De acuerdo con la información que recibió, atravesaban por una situación de extrema pobreza (5 niños y 2 adultos sin nada que comer), razón por la cual habían acordado con un traficante de órganos la venta de uno de sus hijos, quien padecía de una parálisis parcial del cuerpo.
La arriesgada decisión del sacerdote
La primera reacción del sacerdote fue dudar del dato, pues le costaba creer el precio por el cual se había acordado el negocio: 25 dólares. Pero luego de pensarlo una y otra vez el sacerdote decidió entrar en acción. Así lo relata el diario español:
“La misma desesperación que sintió Doñoro al conocer la historia de Manuel es la que lo llevó a decidir que tenía que salvar la vida de aquel adolescente, aunque en el camino tuviera que dar la suya. Vestido con una camiseta sucia y barba de una semana, alquiló una camioneta para llegar hasta allí y simular que también era un traficante. Con esa guisa, y pagando un dólar más a la familia, agarró al niño, lo metió en el vehículo apresuradamente y lo rescató”.
“Si salvas a un niño, salvas a la humanidad”
Desde hace 10 años, el padre Ignacio Doñoro se dedica al cuidado y acogida de huérfanos y familias vulnerables en la Amazonía Peruana. Con su labor a través del Hogar Nazareth, el religioso castrense trabaja para “brindar una vida digna a esta población olvidada”.
Tal ha sido el impacto de su labor que fue nominado al Premio Princesa de Asturias de la Concordia, el que lastimosamente no ganó. Sin embargo, sigue trabajando para el sostenimiento de esta obra que aspira a crecer a través de proyectos agropecuarios en beneficio de estas comunidades.
¿Qué fue de la vida del niño rescatado?
En la misma entrevista, el cura señaló que gracias a los tratamientos médicos y terapias de rehabilitación, Manuel -el niño rescatado- pudo curarse de su afección cerebral. Incluso, años después recibió una carta del joven, quien ya era adulto, donde le agradece al padre todo lo que había hecho y le recordaba que había sido para él la persona “más importante”.
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