Isabel Bowes-Lyon fue desde 1936 hasta 1952 la Reina consorte del Reino Unido, tras la muerte de su esposo, el Rey Jorge VI, y la coronación de su hija Isabel como Reina, empezó a ser llamada Reina Madre. Gozó de mucha popularidad y aprecio por parte del pueblo de Reino Unido. Vivió hasta los 101 años de edad, lo que explica la vida longeva de su hija, la Reina Isabel.
Tras su muerte, en 2002, tomó bastante fuerza la idea de que su longevidad se debía a su rutina diaria que incluía vino, champán, martini y su favorita: la Ginebra.
Un libro sobre la familia real publicado en 2018 reveló los hábitos de bebida de Isabel Bowes-Lyon. El Autor Adrian Tinniswood recopiló testimonios de varios trabajadores reales y describió las costumbres y rutinas de los miembros de la familia real de Inglaterra.
Uno de los testimonios que aparecen es el de la sobrina de la Reina Madre, Margaret Rhodes, quien fuera compañera de la madre de la Reina Isabel durante diez años, dijo que Elizabeth Bowes Lyon bebía gin-tonic y Dubonnet antes del almuerzo, para el almuerzo una copa de vino, luego martini antes de la cena y una copa de champán al final. Según indicó era una práctica que seguía con rigor diariamente.
Por otro lado, el secretario personal de la Reina Madre, Colin Burguess, agregó que una copa de vino de Oporto después del almuerzo, una segunda copa de martini antes de la cena o una copa de champán Veuve Clicquot en el almuerzo ocasionalmente se sumaban a la rutina de Bowes-Lyon. Burguess también manifestó que la Reina era “una bebedora devota”, tanto así que una de sus tareas es que en los actos oficiales era asegurarse de que siempre hubiera una botella de DuPont.
Otra de las anécdotas que se comentan en Reino Unido es que durante el embarazo de la hoy Reina Isabel, la Reina Madre le expresó a su esposo, el Rey Jorge VI que el simple hecho de ver el vino le subía el ánimo. Además, afirmaría que sería una tragedia si no pudiera beber nunca más. Todo esto en medio de su embarazo, por lo que no podía consumir bebidas alcohólicas.
Isabel Bowes-Lyon murió el 30 de marzo de 2002, 50 años después que su esposo el Rey Jorge VI. En sus últimos años de vida se destacó como una de las más populares dentro de la familia real, cuando el apoyo y popularidad de los demás miembros era realmente baja. La Reina Madre continuó la vida pública activa hasta unos meses antes de su muerte a la edad de 101 años, siete semanas después de la muerte de su hija menor, la Princesa Margarita.
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