Ramsés Henao, el notario de Chigorodó que vivía encantado con el más allá de la cultura egipcia y quién compró un sarcófago para sus exequias, falleció este fin de semana. Y, como era de esperarse, su voluntad era ser enterrado al mejor estilo de los faraones egipcios.
El excéntrico funcionario de 58 años de edad, murió el domingo pasado (27/06/2021) en Medellín debido a que semanas atrás se contagió de Covid-19.
Sin embargo, debido a los protocolos relacionados con la pandemia, no será posible que Escobar sea enterrado en el sarcófago, pues los protocolos indican que debe ser cremado. Tal parece que Ramsés, quien ya utilizaba el sarcófago como su cama, no pudo cumplir su última voluntad.
¿Qué pasará con el sarcófago?
Debido a que el sarcófago que adquirió Ramsés ya que no será su última morada, se mantendrá en su casa en Chigorodó. El fallecido funcionario, entre sus últimos deseos, solicitó ser velado durante días en su finca, alrededor de sus esculturas, pinturas y espadas egipcias.
Incluso, en el lugar había mandado a construir una réplica del río Nilo, una de las razones por las que quería que su despedida se hiciera allí, pidiendo que se conservara como recuerdo. “Pidió que la casa se convirtiera en una especie de salón que recordara lo que él era y su afición por la cultura egipcia”, contó Zeti Keops Escobar Isaza, hijo del notario cuyos nombres también corresponden a la cultura del antiguo Egipto.
En ese sentido su casa ya se encuentra repleta de objetos egipcios como figuras de Tutankamón, varias cabezas de Osiris, Anubis y Horus, un cuadro enorme lleno de jeroglíficos y un bastón con forma de serpiente.
Hasta entonces, los familiares esperan hacer tres ceremonias para despedirlo, una en Medellín, otra en el municipio de Nariño, Antioquia en donde Ramsés nació y finalmente otra en Chigorodó al mejor estilo de un faraón.
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