Paro, debates, marchas, bloqueos, protestas y disturbios, son algunas de las palabras que más han sonado durante lo corrido del último mes en Colombia. El pasado 28 de abril, muchos colombianos salieron a las calles con la intención de protestar en contra de una reforma tributaria, la cual buscaba una solución rápida y un tanto improvisada para la crisis económica que vive el país por cuenta de la pandemia y la corrupción.
Dicha propuesta atentaba especialmente contra el bolsillo de la clase media colombiana. Lo que pocos se imaginaron, era que ese clamor inicial “mutaría” en muchos otros, extendiéndose por varias semanas y desembocando en un mes “agridulce”, compuesto de algunas “victorias” obtenidas a costo de sangre y sufrimientos.
Las cuentas del Gobierno
De acuerdo con cifras entregadas por el Ministerio de Defensa, a corte del 26 de mayo, se han registrado 5.264 concentraciones, 1.998 marchas, 2.577 bloqueos, 554 movilizaciones y 21 asambleas populares.
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Estos hechos, según el equipo dirigido por el ministro Diego Molano, dejan como saldo 17 muertes relacionadas con las manifestaciones, 9 en proceso de verificación y 19 que “no guardan vínculo con la protesta”. También reporta el Ministerio el fallecimiento de dos policías, uno en Soacha por heridas de arma blanca y otro en Cali por arma de fuego.
En este mismo balance, MinDefensa detalla que han sido afectados 399 establecimientos comerciales, 439 oficinas bancarias, 1.175 vehículos de transporte público, 120 entidades gubernamentales, 22 bienes culturales, 100 CAI, 10 estaciones de Policía y -entre otros daños- un colegio para hijos de policía.
¿Qué dicen otras organizaciones no gubernamentales?
El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) contradice las cifras dadas por el Ministerio, pues en un informe hecho con la misma fecha de corte (26 de mayo), expresan que son 60 los muertos durante el paro y en su página web publicaron el listado con nombre, apellido y edad de cada uno, fecha en la que murieron y quien es el o los presuntos victimarios.
Nombres como los de Lucas Villas, Allisson Meléndez, Juan Camilo Vargas, Sebastián Quintero, Nicolas Guerreo y Daniel Zapata, están grabados -para bien o para mal- en el imaginario colombiano.
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También quedarán guardados en la memoria hechos como el reciente incendio del Palacio de Justicia en Tuluá (25 de mayo), los hechos vandálicos de Popayán (12 de mayo), la participación de la minga indígena y por supuesto todo lo ocurrido Cali, ciudad que se convirtió en el punto de partida de la denominada “resistencia” que integra “la primera línea”.
Por su parte, la ONG Temblores entregó un informe con las cifras sobre violencia policial y homicidios en el marco de la protesta, el cual corresponde al corte entre el 28 de abril y 25 de mayo de 2021. Según la organización, “luego de un ejerció de triangulación”, las cifras reportadas son las siguientes: 3155 hechos de violencia policial y 43 homicidios presuntamente cometidos por la Fuerza Pública.
Las “victorias” del Paro Nacional
Pese a todo lo antes descrito, el Paro Nacional deja algunos resultados “positivos” según la percepción de algunos sectores, sobre todo el que integran los promotores del paro.
Inicialmente se tumbó la reforma tributaria que fue el origen del revuelo social, así como la renuncia de quien fuera ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla. Se archivó la reforma a la salud y cada vez se está ejerciendo más presión nacional e internacional para iniciar una reforma a la Fuerza Pública, en especial de la Policía Nacional, y el ESMAD.
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Por otro lado, se canceló la realización de la Copa América en Colombia, esto por decisión de la Conmebol y debido a la la presión de las manifestaciones en los estadios, eventos y redes sociales, las cuales expresaban que “no era el momento” para un evento de este tipo en el país.
Otra renuncia que se le adjudica al paro, pero que al parecer se trataría más de una decisión con fines electorales, fue la del comisionado de Paz, Miguel Ceballos.
Cabe destacar que una gran parte de la ciudadanía elevó un llamado para “tumbar” al ministro de Defensa, Diego Molano, y en cabeza de la bancada de oposición, la petición se materializó a través de un debate para la moción de censura del funcionario. Aunque se trató de un resultado esperado, la intención no prosperó, ya que los arreglos y estrategias entre el Gobierno y las bancadas oficialistas, inclinaron la votación en favor de la permanencia del Ministro.
Un diálogo que no avanza
Ante el revuelo social cada vez más intenso, el Gobierno y el Comité de Paro accedieron a dialogar para encontrar una salida a la crisis social a mediados del mes de mayo. Y, después de varios días de reuniones sin consenso, esta semana por fin se conoció la elaboración de un preacuerdo, lo que adelantaba un posible resultado positivo y el inicio de las mesas de negociación, pero luego trascendió que la administración del presidente Iván Duque no lo firmó.
El motivo de la negación, según explicó el delegado de Gobierno Emilio Archila, es que Duque exige como prerrequisito el cumplimiento de ciertas condiciones, entre las cuales se destaca la eliminación de los bloqueos en las vías. Esta solicitud del mandatario representa, a los ojos del Comité del Paro, una “dilación” en el proceso. Este domingo, 30 de mayo, se reunirán de nuevo.
En líneas generales, el paro no sólo fue el impulso para que la sociedad saliera a las calles a manifestar reclamos y exigir derechos, sino que también fue lo que hizo que la pandemia pasara, para muchos, a un segundo plano.
Como dato adicional, se ha visto un quiebre total con la dinámica social que el país venía manejado hace más de un año por cuenta de los confinamientos y restricciones fruto de la pandemia. Algunas ciudades, entre las que se destaca Bogotá, están próximas a un restablecimiento total de las actividades económicas y sociales, claro está, manteniendo los protocolos de bioseguridad y promoviendo los hábitos de autocuidado por parte de la ciudadanía.
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